Expectativas de la vida como médico

Empecé a estudiar medicina en el 2016, justo saliendo de la preparatoria. Como todos los jóvenes adolescentes, tenía muchos sueños y expectativas sobre ser médico. Siempre había respetado el gremio y las personas parecían ser estudiosas, inteligentes y determinadas. Características que había admirado mucho tiempo. La realidad fue completamente distinta a las fantasías que me hice durante la preparatoria.

“Hans, ¿De verdad creíste que esto sería ser médico?” – La Glo, residente de MI. Esta pregunta se quedó conmigo porque pude sentir cómo los sueños de mi R1 se deshacían frente a mis ojos. Y sí, la cuestión es que uno no se imagina lo que significa ser médico, hasta que estás en la sala de médicos en la madrugada actualizando censos interminables, recabando datos clínicos que probablemente nunca vamos a usar, siguiendo a pacientes a estudios, y cualquier otro pendiente que requiera el servicio. Esto no es queja, pero descubrir lo que implica ser médico puede ser algo decepcionante.

Lo que es cierto, es que todos pasamos por diferentes etapas. Somos estudiantes, internos, pasantes, médicos, residentes, etc. y en cada una de estas etapas tenemos diferentes expectativas. Sin embargo, tenemos que aceptar que existen presiones socioculturales para que seamos “algo”. Ese algo suele ser: hacer especialidad médica, trabajar priva/pública, y después poner un consultorio médico o algo similar. Este último plan solía ofrecer grandes ventajas económicas, pero hoy en día, muchos médicos ya se la están pensando más. Esto porque el ser médico ya no ofrece las ventajas económicas que solía y aparte, suele ser a expensas de nuestra salud mental, emocional, espiritual, etc.

La verdad de las cosas es que a mí me encanta ser médico clínico, médico general. Entrando a la carrera tenía el sueño de ser EL médico general. El doctor que aparte de tener los conocimientos era empático, humano, amable. Y durante la carrera me preparé para ser ese médico general. Fue hasta que tuve mi propia consulta durante el servicio social que pude poner en práctica mis habilidades clínicas y fue una experiencia verdaderamente bonita la cual disfruté mucho.

Pero también me encontré con limitaciones a lo que queremos ser, ya que las clínicas tiene reglamentos que afectan la calidad de la atención que podemos ofrecer. Principalmente el límite de tiempo por paciente y la falta de recursos diagnósticos y terapéuticos. Aún con estas limitaciones, encontré la forma de poder ofrecer atención clínica de primer nivel de muchas especialidades. Y la cosa es que como clínico de primer nivel, tienes la capacidad de crear impacto comunitario e individual. Cada tamizaje positivo, diagnóstico reumatológico u oncológico, consulta perinatal, de planificación familiar, control de enfermedades crónicas, y hasta las consultas educativas a papás con niños con IAVS. Cada consulta tiene la posibilidad de mejorar la calidad de vida de alguien que necesita ayuda, o mínimo de escucharlos y hacerlos saber que no están completamente solos.

Independientemente de cuáles son tus expectativas, lo que te puedo recomendar es que hagas algo que se alinee con tus valores y gustos. En otras palabras, ¡haz lo que te apasiona! Al final del día, lo único que tenemos es tiempo, ¿Cómo te lo imaginas pasando? Por estas cosas y mucho más, es que mis expectativas regresaron a mis antiguos sueños, quiero ser el médico general chingón.

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